Javier Martinez Morodo y el Wealth Mastery:
A Javier Martínez Morodo lo conocí de niño. Tenemos un extraño vinculo familiar que solo nuestras mamás pueden atestiguar. Sin emabrgo, recuerdo con mucha emoción el capitulo que le hizo Oso Trava donde hababa de su experiencia con medicinas sagradas.
Su relato me conmovió porque movió fibras muy profundas de mi propia historia. La distancia aparente del amor paternal, el descubrimiento de ese cariño en sus orígenes y la profunda sanación que implica resetear cada célula de tu cuerpo con información nueva: Mereces, mereces ser abrazado.
Muchos meses después, y tras algunas conversaciones y una entrevista en su podcast, me invitó a dar una charla en su Wealth Mastery, un increíble proyecto de retiros con el objetivo de educar en finanzas y dar herramientas de crecimiento personal. La riqueza integral no puede ser diferente.
Empecé mi charla con una estadística que sabía que iba a cautivar la atención de muchos: 100% van a lograr sus metas financieras y materiales, pero el 60% lo hará con preocupación, angustia, insatisfacción, miedo, enojo, culpa o la combinación de algnas de estas emociones aflictivas y que probablemente los acompañen hasta la tumba. ¿Esto se puede cambiar? ¿Crecer, lograr metas y al mismo tiempo vivir en paz y pleno? Estoy seguro que sí, pero requiere trabajo, como todo lo valioso en esta vida.
No desaproveché el espacio para regresarle a Javier un guiño de eso que él, sin saberlo, me premitió conectar cuando compartió su propia experiencia meses atrás: Lo que representa la imagen de abajo, una foto, un abrazo, un arquetipo; el yo padre, y el yo hijo. Pienso en qué tan entrelazadas están nuestras historias, y quizás las de todos aquellos que vivimos la distancia emocional de nuestros padres, y lograr salirnos del espacio de juicio y drama para comprender los potenciales y poder(nos) ver con compasión. Así, entonces, ejercer el potencial sanador de reconocernos, conectar en comunidad y abrir nuestras historias para sanar. Gracias a los compas y gente admirable y querida como Pablo Sanchez, Juan Pablo Alvarez, San Saldivar, Oso Trava, Claudia Zaragoza y Maite Valverde. Qué honor compartir espacio con ustedes. Sin duda este new-newsletter nace de la inspiración y la comprensión de que la constancia (en finanzas y en la vida) es un factor clave para nuestro crecimiento. A varios queridos Reborners que también andaban por ahí (uds saben quienes son) y sobretodo gracias Javier, eres un tipo excepcional. ¡Feliz cumpleaños!
La herida detrás de la motivación.
Mi charla en el retiro de Wealth Mastery expuse esta realidad que muchos no logramos ver: Atrás de mis motivaciones se esconde una gran herida. La tragedia es que, si bien esta herida me puede llevar a lograr metas impensables, mientras la herida siga vigente, sin ser sanada o al menos vista, la insatisfacción, el miedo, el enojo que experimento de manera cotidiana nunca desaparecerán.
From Fear to Love es un programa donde buscamos revertir esa condición para transformarla. Empezamos este jueves y aun hay algunos lugares.
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Tiempo de expansores:
Texto largo después de un proceso con Buffo+21días+Xanga.
Sesión 1:
La unidad, y el agradecimiento.
La totalidad es una experiencia que no tiene conceptos. Conceptos son división.
El camino espiritual es regrear a comprender que el agradecimiento y la conexión nos llevan a la aceptación de lo que es, aceptar lo que se mueve y lo que deviene.
Sesión 2:
La conexión entre la mente y el corazón. La conexión entre lo divino y lo que somos. La existencia en su complejidad indescifrable. Lo que somos y al mismo tiempo lo que morimos en cada presente.
La compasión es el vehículo de la integración. La integración de todas esas piezas de nosotros mismos que se alejan del centro de lo que vinimos a hacer.
La mente es capaz de descifrarse a si misma y observar las razones del corazón. Traducirlas en el mundo de la realidad que nos toca lidiar, pero jamás podrá ser el vehículo de su propia experiencia.
El corazón es nuestro centro gravitacional. De él emerge nuestra experiencia humana, que reside, en gran medida, en nuestra capacidad de sentir.
Conexión es poder llenar de compasión el dolor que nace de la felicidad que termina. Compasión es observar la tristeza que aparece en el duelo de lo amado, y comprende, ante la ceguera, que a veces la transformamos en odio, en separación, o en miedo.
Pero cada fracción de miedo es materia prima. Cada pedacito de inseguridad es combustible puro en el camino de nuestra propia transmutación. Morir. Morirnos cuantas veces sea necesario. Y renacer. El miedo renace en amor. El miedo es materia prima para amar. Empezando por la vida y acabando por la vida. Vivir y morir. Miedo y amor. De eso somos. En eso nos convertimos. Y en medio, sólo un paseo.
El camino es la conexión, la presencia. Estoy. Y si estoy, en absoluta presencia, atestiguo el acto de poder insuperable. El poder de reclamar mi paz interior. Sólo si te atreves a reclamar tu paz interior podrás acceder a tus verdaderos potenciales. Pero para reclamar esa paz, el camino es purgar las emociones que buscamos evitar. El dolor. La oscuridad. Lo que no nos gusta ver de nosotros mismos. Lo que no queremos ver de nosotros mismos. Lo que no sabemos de nosotros mismos que se esconde en un freno sutil paralizador en la parte más escondida de la inconsciencia.
La compasión es reconocer una realidad elemental de la existencia. No soy. Somos. Hoy me toca ser este que escribe, pero en un espacio lejano, en la interconexión que hoy nos une con estas palabras, también estoy siendo tú, el que lee. Que al leer también creas las siguientes letras. Los significados y lo que mueven. Tu vida es una trayectoria que, después, todos reviviremos. Cada vida es la posibilidad de dejar ese camino un poquito más planchado. ¿Si supieras que todas las almas en algún momento les tocará vivir exactamente la linealidad de tu vida, se las estás haciendo más fácil? Allanar el camino para otros es allanárselo a uno.
Compasión es saber también que el de enfrente, algún día, en alguna realidad incomprensible, serás tú. ¿Tu interacción genera virtud? ¿O te escondes en tu herida, en la ilusión de que somos separados para reafirmarte, ser "el mejor" o tener más a pesar del otro?
Empatía y compasión, virtud y amor incondicional. Integrarnos no es sólo recuperar las piezas de mi biografía, los pedacitos rotos que volaron en el accidente de mis traumas. Integrar es también interconectar. Integrar es vivir en compasión sabiendo que ese "otro" será mi traje. Y que esta interacción la podré recordar con virtud o aberración. Empatía no es ponerme los zapatos de otro, es saber que inevitablemente algún día estaré en ese preciso lugar, en ese preciso momento, del otro lado. Compasión es asumir la responsabilidad de co-crear este espacio ente tú y yo. Entre lo que sientes y lo que resueno. Compartir para expandir, observar para reconocer, sentir para no juzgar. Integrar. Compasión es integrar.
Prometo hacerlos más cortos… ;)
PS. Un update mágico sucedió entre la primera “bajada” de este texto y el momento de enviarlo… Quizás comparta algo la siguiente semana.
Florence en Gigante.
No es fácil escribir. Tampoco es fácil hacer buena música. Hacer las dos MUY bien provoca emociones profundas.
Algunas frases de esta joya que se apareció recientemente en mi vida:
“I never knew daylight could be so violent, a revelation in the light day, you can’t choose what stays and what fades away”.
“You are the nightime fear, you are the morning when it’s clear, when it’s over you’re the start, you’re my head and you’re my heart”
"Mientras crecemos y desarrollamos nuestra identidad, muchas veces chocamos con las necesidades y carencias de nuestros padres. Sin darnos cuenta, esta dinámica influye en nuestra conducta y percepción de la realidad, porque nos sentimos invalidados o poco comprendidos, porque creemos que debemos ser de cierto modo o interpretamos que está mal expresarnos, pues podemos lastimarlos y perder su amor." José A. Casas-Alatriste: Vivir Infinito (Escuchalo en beek aquí)
Me encanta. Me quedo con ganas de leer y aprender más.
Wow! Gracias por compartir tus reflexiones José! Gran regalo