Las Virtudes de ser Sugestionable.
Cambiar de opinión; Infancia, inversiones y trauma; Programa Reborn Emociones.
Estamos a poco más de 2 semanas de iniciar el Curso El Poder de Mi Historia: y aun hay lugares.
No somos las historias que nos contamos de nosotros mismos, pero estamos condenados a convertirnos en eso que nos contamos de nosotros mismos.
Recuperar de tu historia los elementos de poder, de resiliencia, de inspiración, de cambio y revelación pueden ayudarte no sólo a articular un mensaje poderoso para tus audiencias (redes, conferencias, clientes, colaboradores, etc…) sino que puede ser el inicio de una poderosa transformación donde emerge de ti un héroe que el mundo anhela.
Info aquí: www.feelreborn.net/elpoderdemihistoria Iniciamos el 18 de febrero. 5 clases y un taller. Sesiones por zoom en vivo. Cupo limitado.
Co facilita Ana Carina Alanís y tendremos de profesores invitados a Tamara Trottner (autora de “Nadie Nos Vio Partir”), Víctor Saadia (Autor de “Letras de Carne” y el podcast Volver al Futuro), y Juan Carlos Torres Buho (Autor de Soy Búho y speachwritter de 2 ex presidentes de Colombia).
😳Ser abierto a sugestiones.
¿Qué piensas cuando escuchas que alguien es altamente sugestionable? Hasta hace poco, me imaginaba a una persona débil o quizás no muy inteligente, vulnerable a ser manipulable y por ende a no tener una estructura identitaria firme. Alguien con valores blandos que se moldean a la narrativa del “otro” que impone. Me costaría pensar en algún beneficio de ser altamente sugestionable. ¿Qué podría traer de bueno carecer de fortaleza en las convicciones y las verdades que uno atesora?
En la reciente conferencia de Qualia, el Dr. Robin Cahart-Harris, uno de los científicos que más ha estudiado los efectos de la psilocibina en el tratamiento de la depresión, presentó los resultados de su más reciente paper, donde demostró que el impacto de la psilocibina en el tratamiento de depresión supera a los antidepresivos tradicionales como el ecitalopram. Pero eso no me sorprendió, pues desde hace años me he dedicado a validar esa hipótesis con vasta de evidencia empírica, fue algo más.
En los detalles de su presentación, mencionó que a los participantes se les practicó un cuestionario que permitía evaluar, por un lado, qué tan “sugestionables” eran, y por otro, qué tan altas expectativas tenían sobre el resultado del tratamiento. Fue interesante observar que quienes presentaban mayores niveles de “sugestionabilidad” presentaron mejores resultados, mientras que aquellos que tenían expectativas más fuertes, correlacionaron negativamente con el tratamiento.
En español: A mayor expectativas, menores mejorías en su salud mental; entre más sugestionables, mucho mejores resultados. Estos hallazgos no distan de mis propias observaciones en los programas y acompañamientos que llevo años realizando: Las personas con un mayor apego a “obtener las respuestas” que creen que necesitas, tienen una mayor sensación de no obtener lo que esperaban.
Sin embargo, aquellos que observamos que se entregan durante el proceso de preparación a realmente escarbar donde sus propias estructuras mentales pueden estar jugando en contra, y que tienen la apertura de reconocerse en sus limitaciones, suelen tener experiencias de mayor profundidad y transformación.
Ahora traslada esto a la vida. A momentos en donde te has sentido tan dueños de la verdad que has sido incapaz de reconocer tu terquedad ante puntos de vista diversos, en los que, a pesar de ser evidente para otros, te haz aferrado a lo que crees hasta darte topes contra la pared.
¿No será entonces una virtud abrirte a ser sugestionable a la visión, opinión o inspiración de otros y replantear opiniones, ideas o posturas que quizás equivocadamente das por verdad?
Tengo desde hace semanas muy presente la siguiente premisa:
“Lo que me llevó hasta donde estoy hoy será lo que me impida avanzar al siguiente nivel”
Esto involucra prácticas, narrativas, círculos sociales, vehículos como trabajo, prioridades, foco… Pero también es aquello a lo que te aferras como cierto. Tus fundamentos morales, valores, juicio, las creencias explicitas y las que se confunden equivocadamente con la voz de tu consciencia.
Quizás dar el paso al siguiente nivel involucre actualizar tus posturas sobre aquello que hoy consideras incorrecto o inaceptable, lo que te molesta de otros, lo que asumes que no es para ti. Cada creencia fija se convierte en un techo de cristal. En una plataforma pero también en una limitación.
Volverte más sugestionables es quizás una manera de reconocerte abierto a cambiar de postura. A integrar dos realidades que se oponen en verdades de mayor complejidad. A soltar las definiciones que te dan seguridad y significancia, y admitir que estas sólo forman parte de una identidad siempre transformable.
Recientemente leía un libro que me retó profundamente “Bad Therapy” de Abigail Shirer. La autora sostiene el daño que ha hecho la terapia, principalmente en jóvenes y adolescentes. En lo peligroso que se puede convertir la democratización del lenguaje de las patologías de salud mental—depresión, ansiedad, déficit de atención, pensamiento obsesivo compulsivo, y un largo etc—, para justificar o eximir la responsabilidad que tenemos de construir nuestras vidas en la virtud de la resiliencia. Fue muy interesante leer posturas tan opuestas e incluso directamente contrarias a las que sostienen maestros y referencias de mi formación terapéutica como Bessel Van der Kolk o Gabor Maté. Shirer pone el dedo en la yaga: ¿Nos hemos vuelto una sociedad con una mejor salud mental después de “reconocer” la prominente existencia del T-t Trauma? ¿Qué virtud conlleva reducir todo y focalizar nuestra atención en revisitar a las heridas que quizás nos definen como humanidad?
Mientras “oía” el audio libro me detuve en la carretera y escribí la siguiente frase:
“Trauma inquiry without a significant degree of responsibility is falling into major victimhood.”
¿Eso quiere decir que ahora rechazo los principios y las posturas que sostienen la importancia de las heridas de infancia en nuestro desarrollo y potenciales?
No.
Sigo creyendo que mucho de lo que integramos en los primeros años determina nuestro mapa de significancia, nuestras motivaciones y valores más profundos.
Y también, que revolcarnos y regresar continuamente al dolor para justificar nuestras desgracias adultas puede ser de un enorme despropósito.
Ayer, un buen amigo me compartía la frase de uno de sus terapeutas lacanianos: “Después de los 30 no puedes echarle la culpa de tu vida a nadie”.
Coincido. Y también sé, que en caso extremos, lo que se rompió en los primero años difícilmente se reparará con el tiempo.
¿Entonces?
Sigo sin una postura fija. Es más. No tengo una postura fija en casi nada. Quizás mi postura más constante sea la de integrar. Recordar constantemente que la verdad es individual, un producto de la realidad interior, de la eterna subjetividad, y no de un criterio homogéneo que nos pone del lado del bien o del mal.
Confío en la brújula interna de la congruencia que conecta la flexibilidad de mis ideas con el termómetro infalible del ‘¿cómo se siente?’ en mi cuerpo. Desde ahí evalúo si la verdad que se me presenta puede servirme para complementar mi mapa, para accionar acorde. O dejarla pasar, no como falsa, sino como no-útil.
Y en la integración de verdades más complejas que parecieran incluso contradictorias, vuelven a surgir apegos. La tentación de creerme mis verdades hasta que recuerdo que las premisas que me han traído aquí, serán las que me frenen en mi siguiente paso.
👶🏽Inversiones, actualizaciones y testimonios.
“René,
Este fin de semana lo pasamos juntos y fue una gozada. Tuvimos planes divertidos y me acompañaste a una comida con amigos queridos, aunque eras el único niño. Hoy por la mañana de camino al cine me preguntaste si no ganaba más dinero en mi ultimo trabajo, y aproveché para darte una de mis lecciones financieras, sobre la importancia de invertir, de ser dueño, de ganar dinero sin invertir tiempo. No sé qué % de lo que te quise transmitir realmente se quedó dentro de tu cabeza, pero si es algo, vamos de gane.
En la comida nos acompañó tu abuela, mi mamá, que sigue recuperándose de su lesión. En la comida me compartió que había ojeado tu libro, Vivir Infinito, como “un tarot y tratando de leerlo como si el autor fuera un extraño” y que en el capitulo que cayó sintió que lo escribía un pesimista. Me hizo observaciones, muy a su estilo, críticas que no parecen en la superficie. Una de ellas fue la cantidad de veces que mencionaba la palabra “trauma”. En su forma sutil me quería transmitir que seguramente mi “pesimismo” me hacía ver trauma donde no lo había.
Pude escucharla y observar las oleadas emocionales, quizás justo las que se forman por las heridas de falta de reconocimiento, coquetear con salir a flote en forma de ira, pero al reconocerlas, cedieron. No perdí el cool.
No debe ser nada fácil como padre escuchar (o leer) que tu hijo creció con algún tipo de herida. No debe ser difícil que un impulso amoroso busque cambiar la percepción, quizás buscando no sólo hacer sentir mejor al hijo, sino también aligerar el peso propio.
Aunque quizás tu abuela tenga razón, y mientras escribía el libro, que coincide con mi etapa formativa de Compassionate Inquiry de Gabor Maté, mi atención estuviera mucho en reconocer las heridas de infancia como causantes de los desajustes de la vida adulta. Una etapa de mi proceso, la indagatoria, el reconocimiento de emociones atoradas en rencor, ira, miedos, desconexión que pude ir procesando al observar que sí habitaban mi interior.
No he releído tu libro y es posible que hoy mucho de lo que escribí ya no coincida con mi entendimiento del mundo, mi postura y lo que ahora, no a tus 2 o 3 años, sino a tus 7 te diría. ¿Haber puesto por escrito algo que en su momento consideraba como verdad me obliga a sostener esa verdad en el tiempo? Por supuesto que no. Así que parte de lo que tendrás que lidiar cuando leas todas estas cartas serán las contradicciones evidentes que encontrarás entre las palabras, los momentos, mis decisiones, mis conductas, y tu propia experiencia de lo que esta relación ha sido.
Sí, te tocó un papá altamente sugestionable y con la desgracia poderosísisma de saber cambiar de opinión.
¿Habrán entonces verdades absolutas que puedan quedarse como consejos universales que apliquen en cualquier momento del tiempo?
Creo que sí:
Cuida tu cuerpo.
Invierte.
Haz las cosas con amor.
Tu papá”
Las cartas que publico cada semana son un compromiso personal para continuar lo que inicié con el libro “Vivir Infinito”, editado el año pasado. Gracias por servirme de “accountabiliy” y espero que estas cartas también inviten a la reflexión sobre lo complejo, hermoso y revelador que es ser padre/madre.
Puedes leer el libro completo en las siguientes plataformas:
📅Agenda y programas:
Recordatorios rápidos:
Programa Reborn Emociones.
¿Qué nos impide estar experimentando la realidad que queremos vivir? Muchos se atoran en lo que tienen que “hacer”, la estrategia para cambiar la realidad: Esfuerzo, hábitos, aprendizajes, rituales etc… Pero pocos reconocen que realmente no es el habito, el proyecto o el patrimonio lo que perseguimos, sino lo que creemos que eso nos hará sentir. Redefinir nuestro universo emocional, conectar con cómo nos queremos sentir, y reconocer el origen de nuestras barreras emocionales para expandirnos y crecer, son algunos de los regalos que te podrás dar al tomar este programa. Retiro con un intensivo trabajo con Ay@huasc4 guiado por Pepe Ramos.
Fecha de inicio: 17 de marzo. Precio Early Bird hasta el 14 de febrero.
Retiro: 11, 12 y 13 de abril 2025.
Regístrate en www.feelreborn.net/rebornemociones
Remind: Un ecosistema que te inspire y te exija.
El barco se va. Nuevas aplicaciones a partir de noviembre 2025.
Más información en www.feelreborn.net/remind O responde a este correo.
¡Gracias por leer!
Jose.
Palabras de Integración es un proyecto personal en el que busco aportar cada semana herramientas que te sirvan para vivir una vida más integrada. Suscríbete para recibir estos correos y ¡agradezco tu apoyo!
Está muy interesante. Me considero una persona abierta y sugestionable, mi curiosidad me hace acercarme a muchos puntos de vista y creo que la creencia más firme que encuentro respecto a esto es: nadie tiene la verdad completa, solo tenemos partes de ella. Y al conocer más partecitas, mi porción de la verdad se va haciendo más grande, nunca completa, pero siempre más nutrida.
Por otro lado, muchas veces me he peleado conmigo: ¡debes ser más firme! No sé si sea solo mi autocrítica o un llamado honesto y amoroso de mi ser.
Me cuesta trabajo ser firme, y definitivamente me gustaría expandirme hacia experimentar esa firmeza, pero creo que es importante aceptar y valorar lo sugestionable que puedo ser, también hay mucha ganancia ahí.
"No tengo una postura fija en casi nada". ¡Jaja! ¡Me encanta eso, y lo suscribo también! Hoy pusiste la pluma en un tema muy importante. Cuando nos volvemos "maestros" de un ambiente o un tema, nos quedan dos opciones: o seguimos girando y girando en lo mismo, porque nos queda cómodo y ya lo dominamos, o avanzamos a un nuevo ambiente donde nos convertimos otra vez en discípulos. Si queremos evolucionar la decisión resulta obvia. Y ahí vale la pena abrirnos a ser "sugestionables".