El Ciclo 🌀
Desde hace algunos años identifiqué un patrón. Unas semanas antes de mi cumpleaños cambiaba mi energía. Regresaban momentos de duda, de incomodidad y confusión. Situaciones en las que me veía entrando en comparativas con el resto de las personas, y obviamente, extrapolando lo mal que estoy. Que si no he logrado consolidar nada, y que quizás debí haber seguido un camino más convencional.
Pero cuando empecé a observar que esto sucedía, me di cuenta que, como cualquier patrón, puedes padecerlo, o predecirlo y jugar con él. Incluso modificarlo y anticiparte. Reconocer que si aparece es por algo, y que la comprensión de los movimientos cíclicos puede representar un gran poder.
Este año lo comencé a anticipar aunque las semanas anteriores al cierre de mi ciclo anual se llenaron de un impulso y una fuerza particular. El Gran Renacer, nuestra primera experiencia inmersiva y taller estaba en su recta final de creación, y justo 2 días después de mi cumpleaños, sucedió.
Por un momento pensé ¿será que tener una visión clara, un propósito alineado y un cuerpo fuerte sea la solución para salirme de las partes complejas y dolorosas del ciclo de mis propios procesos?
No.
La semana antes del evento empecé a sentir la garganta cerrada.
Y unos días después, el dolor y la molestia incrementó. Cuando experimento este tipo de malestares busco que el medicamento sea el último recurso. Así aguanté. No fue una enfermedad que me tiró. Sólo una incomodidad que iba y venía. Durante El Gran Renacer cedió casi por completo, pero el lunes siguiente regresó con más fuerza.
El miércoles tuve dos experiencias interesantes. Por la mañana me invitó mi editorial a hablar de mi próxima novela con los compradores de diferentes cadenas. Es casi un hecho que haré la presentación de mi libro en el Foro del Tejedor, del Péndulo de A. Obregón. Fue un acierto estar ahí, y lo que compartí despertó interés. También sentí un vértigo particular. Si el libro prende, habrá hate. Eso lo sé. No sé si me encanta.
De ahí me fui a un temazcal. Un festejo pequeño con “alta densidad de amistad y maestría”. Pocos pero muy selectos amigos. Los temazcales son un espacio que disfruto, en el que logro conectar con mi cuerpo, y soltar mucho. Pero no esta vez. Como cualquier espacio ceremonial y de trabajo, hay días que te revuelcan. Esta vez me tocó.
La incomodidad se hizo exponencial, una carga de emociones gigantes a la altura del pecho que no lograba mover frente a este espejo hirviente y oscuro. Me tuve que tumbar y en algunos momentos pensé en salirme. Lo que debía ser una experiencia relajante, se convirtió en un martirio temporal que poco tenía que ver con el calor y el espacio, sino con lo que se estaba dentro.
Entonces lo recordé. Ese primer slide con el que abrimos El Gran Renacer. Los ciclos y los umbrales. Yo mismo había propuesto el mapa y ahí me reconocía, nuevamente, atorado entre un cuadrante y otro. Entre mi apego y mi insatisfacción; entre mi confusión, mi duelo y mi dolor; entre la responsabilidad que encara las resistencias y el miedo que sirve de puerta para entrar a la manifestación. Micro y macro ciclos donde, quizás las fechas se desfasaron un poco, pero ahí estaban. En mi. De nuevo al rededor de mi cumpleaños.
Sirve reconocer que estos momentos llegarán, al igual que la manifestación, la creación, la identificación de potenciales y las perlas de la introspección. Sirve soltar la idea del bienestar lineal, del camino de consciencia como un interruptor que prendes o apagas. Quizás una mejor analogía sea un gigantesco parque de diversiones. Con sus ciclos conocidos. La incomodidad de las colas. La duda cuando te estas abrochando el cinturón de seguridad. La subida que cambia la perspectiva de las alturas. La emoción-miedo-explosión cuando está por terminar la primera bajada. La curiosa levedad cuando el carrito se detiene, y tienes que regresar a la vida. O formarte en una nueva cola.
Quizás así sea la cosa. Un pase vitalicio a un parque que decide renovar sus atracciones todos los días. Aprendes, por diseño, que tendrá sus etapas: colas, bajadas estrepitosas y curvas emocionantes. También que habrán cambios y nuevas atracciones con sorpresas que no te esperas. Días en los que el vértigo genera nauseas o momentos en donde solo te quieres subir al carrusel de la cotidianidad unas cuantas vueltas para tomar bríos antes de las grandes montañas rusas.
Esas que quizás por momentos olvidas que tú elegiste.
Sea como sea, aprende a reconocer el patrón.
Aprende a predecir su secuencia. Y entonces quizás aprendas a sacarle provecho y dejar de sufrir.
El Gran Renacer (Segunda Edición)🔜
Ayer comentaba con un gran amigo sobre El Gran Renacer, y me gustó la manera en que lo definió: “Es un espacio de reflexión donde adquieres buenas herramientas para darte cuenta de muchas cosas y que te caigan varios veintes”.
Ese es el objetivo.
¿Sabes donde estás parado (o al menos tienes una sospecha)? ¿Cuáles son las fuerzas que te mantienen insatisfecho? ¿Cómo puedes alinear emoción-mente-cuerpo para conectar con una vida expansiva?
Esta experiencia inmersiva no es un cúmulo de teoría ajena a la implementación. Es una compilación de qués y cómos que hemos probado en nosotros mismos y en cientos de participantes, que podrás llevar a tu vida en ese momento.
El Gran Renacer es un día intencionado para que sea una gran sacudida. Poderosa, valiosa y llena de buena vibra.
Fecha: 11 de octubre. Todo el día (de 8 a 8)
Lugar: Ciudad de México.
Precio: 11,900. Precio especial Early Bird 7,500.
Info: www.feelreborn.net/renacer
Mi Kin
“Querido Renacho,
Es domingo, 6 de julio. Hace unas horas te dejé en el Parque México con el grupo de campers para pasar 2 semanas en Kin Camp, con varios amigos y tus primos. Sí, sólo 1 semana después de tu fractura.
Estoy sorprendido de la resiliencia de tu cuerpo y como en 2 días ya corrías con tu bota “inmovilizadora” y sospecho que irá de paseo estos días de campamento.
El viernes mamá se fue de retiro y nos quedamos solos. Fuimos al Cine a ver Jurassic World que fue todo un festín de cortisol y adrenalina. El sábado tuviste festejo de tus amigos en el boliche y después pasamos la tarde con tus amigos Augusto y Tomás.
Disfruto mucho los ratos contigo. Salir a caminar tomados de la mano y que me compartas tus teorías sobre el dinosaurio mutante y qué tan rápido tendrías que correr para escaparte de él. Me fascina que ahora te subes al coche y de inmediato pides la canción que traes pegada. Esta semana fue “Do the evolution” De Pearl Jam. Aprovecho para contarte cuando la tocaba con mi banda en el Liceo. Me preguntas por qué dejé de tocar Rock y se vuelve incómodo tener que explicar las decisiones aburridas que implica convertirse en adulto, así que respondo con vaguedad.
Creo que tu ilusión es que me suba al escenario de nuevo. Quizás lo haga, o mejor aún, quizás lo hagamos pronto. Eso sí que me motiva.
Te amo,
Tu papá.”
¡Gracias por leer y compartir este texto!
Jose.
Palabras de Integración es un proyecto personal en el que busco aportar cada semana herramientas que te sirvan para vivir una vida más integrada. Suscríbete para recibir estos correos y ¡agradezco tu apoyo!